Ventana y mar

jueves, 10 de julio de 2008

Planto un beso en tu espalda.

Plantar un beso viene a ser como criar un árbol
o nacer un libro.

Viajo cuando empleas la ventana de mi habitación.

Ventanar es cuando te miras y te ves de lejos.
Se llenan así los ojos de cielo urbano. Cielo civil.

Me agarro a las nubes. Urbanas. Civiles.

Los pilotos contabilizan horas de vuelo.

Estreno el minutaje. Dejo crecer los bártulos de la alegría.
A saltos borbotones.

Aprieto el interruptor para encender el abrazo de dormirte
y apagar la bombilla.

Hablamos mejor a oscuras. Como dos delincuentes acorralados.

Mirándonos los ojos a una nariz de distancia.
Compartiendo aire y viento. Compartiendo oscuridad.

Pasa la noche junta.

Se enciende el día.

Planto un beso en tu espalda.

Cuando tú miras por mi ventana, yo escucho tu mar.

5 comentarios:

Margot dijo...

Ventanar o cómo jugar con el lenguaje y las sensaciones, las miradas y los alfeízares... la alegría del uso horario.

Genial, Flanagan!

38 grados dijo...

Es bueno plantar en tierra fértil, como las espaldas.

Vuelvo a tu blog, después del desierto, y me alegra ver lo bien que te sabes ventanar, airear, descompuertar.

Con tu permiso, miro por tu ventana, Flanagan (¿flanagan?).
un abrazo salitrero de P.

Sunion30 dijo...

Jon, me preguntaba... cuando uno planta un beso en la espalda de alguien, al crecer ¿en que se convierte? nunca fui bueno con la jardineria de labios...

Mientras tanto, como 38 grados (y tu permiso), me voy a apoyar en la ventana. Siempre me interesaron los juegos del azul.

Un saludo!

nos dormimos sin hablarnos dijo...

Hablar a oscuras, durante horas, cara a cara... que no acabe nunca esa complicidad...

Un beso

Anónimo dijo...

"plantar un beso viene a ser como criar un árbol
o nacer un libro."
"cuando tú miras por mi ventana, yo escucho tu mar."
increíbles estos dos versos.
me encantó el poema de principio a fin.