Soy hombre pájaro
de alas cortas
y pies planos.
No vuelo si no es en caos en tu cuerpo.
Arrojo mi paisaje.
No veo más allá del cielo.
Miope.
Hormonal.
Hombre pájaro con miedo a volar.
Domestícame.
Ábreme.
Esquizofrenia de todo.
Soy de papel.
Cuando yo era un niño
el invierno no tenía los huesos tan duros
ni las patas tan largas.
Hace muchos años
yo era un invierno en pequeñito.
Tenía el cuerpo metido en el miedo
y las balas mojadas.
Quería ser inventor y piloto.
Matar dragones.
Y era un invierno con patas cortas.
Y un miedo de vuelo largo,
un miedo como de cuatro jornadas.
Un miedo de todo.
Desamparo de cada hoja.
Era un invierno pequeño,
rabioso.
Yo siempre estaba donde el miedo me decía
y no hablaba
sencillamente
porque el miedo no tiene boca.
Y no tocaba
porque las manos del invierno
tienen la mirada esquiva.
Nunca hacía nada.
Era el niño raro.
Mi casa tenía las paredes blandas.
Yo jugaba al frío
como quien juega a las chapas.
De todo aquello me quedan
las flores violentas
y unas plantas blandas.
Unas matas de raíz torcida.
Y mientras tanto la savia dormida.
Los sueños raros.
Blandos.
Las flores violentas.
Las ganas de verte.
Los ojos de verte.
El frío del miedo.
Y las casas que se van pero no llegan.
Y las flores de ti.
La rosa que tiembla.
Domestícame.
Ábreme.
Que yo soy hombre pájaro
de alas cortas
y pies planos.
Hace muchos años yo fui un pequeño invierno.
Imagen: Aurelio Higuera López.
Poema del libro: Manuales para manos sencillas.
13 comentarios:
Una vez más, precioso todo. El poema, el vídeo...cuanta belleza junta.
Gracias por regalarnos con tus palabras,
Arancha
Vuela...
Preciosas palabras, preciosas imágenes.Tú.Voz
Un abrazo aéreo
El niño raro.
Había una vez un niño que no crecía porque no leía,un día su tía le regaló el libro de los brujos, comenzó a leer y comenzó a crecer. Sus padres muy asustados le llevaron al médico urgentemente.
¿qué come este niño? -lo de siempre fideos finos.
_qué lee este niño
-Ahora está leyendo el libro de los brujos. A ver ese libro.
el médico empezó a leer y empezó a crecer que ya no cabía en la consulta . y los enfermos se curaban solos."
esto lo escribió un niño
de siete años, lo hacíamos en la obra Un día una hora. creo que te gustaría . si volvemos a hecerla te invitaré.
Yo también fui una niña rara
y no leí el principito hasta muy mayorzota. Y ahora ya ves tan normal.
un beso para cada ala.
Supongo que un hombre pájaro vuela a ras de tierra.
Poco vértigo. Y todo lo divisa.
Qué mejor perspectiva que esa...
Jon ¿Qué hay que hacer para que me crezcan las alas? quizás las ganas de tenerlas?
Hoy sin castañuelas ni peinetas ni gorgoritos, un abrazo por todo lo que me estás dando.
"La señora del manto blanco le volvió a besar y entonces Kay ya se sintió completamente bien, porque no sentía nada. Todo era igual, todo era eternamente blanco."
La Reina de las Nieves, p.109
Carmen Martín Gaite
Muchos hemos sido Kay, el niño que la Reina de las Nieves raptó. Al que se le metió un cristal de nieve por la pupila y dejó de querer jugar e ilusionarse por la vida. Suerte que con los años, uno acaba llorando y, con las lágrimas de sueños, saca ese pedacito de hielo de dentro.
Inviernos sin compañía, trineos de un futuro mejor.
Un abrazo, J.
Qué ganas de tener ese "Manuales para manos sencillas" entre mis manos y entre mis ojos para seguir descubriéndote. Aquí estamos todos aprendiendo a volar, ya lo sabes.
Besos en las las alas hombre pájaro.
Eres un hombre pájaro que escribes muy bien
Un abrazo
Leyéndo tu poema no he podido evitar pensar que casi el cincuenta por ciento de la población se compone de esos hombres pájaros de alas cortas y pies planos, llenos de invierno, criados para ser invierno y sólo querer matar dragones y nunca saber más que acariciar torpemente.
Pero por suerte muchos ya hace años que iniciaron su peregrinación hacia la calidez del verano y se alegran de comenzar a recoger sus frutos.
Un saludo
Oliverio paso media vida buscando a la que vuela, incluso le discutió a la muerte que seria capaz de encontrarla.
Me recuerdas un poco a el.
Pro no se si tu, lo que buscas es a la que anda.
A veces las alas pesan mucho y en tierra pueden ser un estorbo y lo peor es cuando la gente desconfía de aquello que no entiende, como en “Un señor muy viejo con unas alas muy grandes” de Gabriel G. M.
Por eso yo espero a que todo el mundo duerma, para en silencio y sin que nadie se de cuenta echar a volar.
Besos con alas
(me corrijo las faltas :)
(me he equivocado y he borrado sin intención y con mucha torpeza el comentario de Arcángel Mirón y lo siento porque era precioso, decía: Maravilloso, Jon. De lujo. Pedazo de poeta, bien grande.)
(estoy muy torpe)
Arancha, una vez más unas gracias enormes...
Unas gracias a ti por las tuyas.
Alma, armo el vuelo... de a poquitos, de a muchitos.
Qué bueno el vientecillo en la cara de tu aéreo abrazo.
Laura, me encantará ver la obra de teatro que dices, tiene muy buena pinta. Yo también tardé en llegar al principito... Tampoco creo que a día de hoy lo entienda en toda su dimensión, de hecho, con cada lectura aprendo algo. Un besote.
38, no me siento ejemplo de nada para nada... Vuelo a ras de mujer, con todo el vértigo que eso provoca, más a quien tiene miedo a las alturas.
Ay, 38, creo que deberías empezar por el principio y mirarte la espalda (están, seguro).
:)
Como poco, otro abrazo, por lo que tú me das a mí que no me parece menos.
(Conste que me ha costado resistirme al folclore más gráfico ;)
Sunion, me gustó tu manera de verlo, no conozco el libro pero me has traído la curiosidad. ¿Bicicletas de un presente mejor?
Otro abrazote.
Maga, gracias grandes, un poco aprendices de pilotos sí que somos todos... Besotes abundantes.
Escribidora escritora, muuuuuuchas gracias, un abrazón.
Antígona, tratando de los lares del corazón del alma no suelo mirar estadísticas. Estoy de acuerdo en que el calor del veranito ayuda a recoger frutos, de temporada.
La naranja, deliciosa, se recoge en invierno.
Otro saludo para ti. Y bienvenida, por supuesto.
Arcángel, humildemente gracias. Yo me veo pequeñito más bien :) Un abrazo, grande, eso sí.
(definitivamente hoy no es mi día...)
Petitapetitesa, he visto sentido tratado de hacer ver leer rondar sobre "el lado oscuro del corazón" muchas veces... Muchas.
Cuando escribí "hombre pájaro", como hace tres años, no tenía en mente el vuelo de Oliverio... Puede ser que estuviera allí y yo no saberlo.
No me es fácil definirte en este bote tan pronto lo que busco y lo que encuentro. Me lo apunto, trataré de hacerlo.
Qué bueno tu nocturno vuelo.
Besos alados.
Yo también fui una niña rara. Tan rara que no he dejado de serlo. Todavía hay en mí una niña y todavía hay en mí una rara.
Me encanta escuchar los poemas recitados. Parece que cobran presente, porque vida ya tenían, y mucha...
Besos.
Muchas gracias, Lunática, muchas.
Un besote muy grande de otro raro.
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