Es después. A través del silencio.
Es la unidad más diminuta del sonido, un decibelio enano, taradito.
Es mi mano sobre tu piel. Un roce. De duración variable, impredecible.
No hay dos roces iguales. No es idéntico aunque sea la misma mano contra a favor de la misma piel.
Irrepetible cada uno. Exacto sólo a si mismo.
Palma contra a favor de espalda, caderas, vientre, culo, piernas. Juego de dedos. Juego de piel.
Para el oído no educado ni siquiera suena. Ni es.
Y en realidad es un alboroto tranquilo de los sentidos. Barahúnda tuya.
Te escucho desde aquí, en otro sitio.
¿Dónde estás?
lunes, 31 de marzo de 2008
Publicado por Jon Doe en 22:25
Etiquetas: Cuentos de mi mundo
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4 comentarios:
Te escucho desde aquí, en otro sitio.
Lo malo o lo bueno del silencio no es todo lo que no dice, es todo lo que no se calla.
Un saludo,
Alma
Sí, hay silencios terribles maravillosos humildes elocuentes.
Besos y abrazos.
Soñar para otros y un mecanismo oxidado. Se podrá arreglar. Estoy segura :)
Y menos mal que no hay dos roces iguales...
Otro abrazo de llegada!
Que bueno tener un comentario de un cronopio!!!!
Bienvenida y gracias!
(¿A cuánto queda el alquiler del que hablamos?)
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