La sombra negra se instala en nuestros días sin llamar a la puerta. Por la rendija de las horas se cuela. Anida. Trae a mi mundo una camada de pequeñas sombras negras con la misma mirada perdida que su madre pero con individual personalidad.
Pasan los días iguales. Crecen. La camada me tiende trampas. Camufla sus artefactos entre las ramas de la rutina. Como animal para otro mundo caigo en ellas.
Lo que pasa es que no pasa nada.
Me sacudo. Me quito la pena de la chaqueta para que no pese. Miro a la tribu de lejos. Hiberno. Pasará.
Sombra negra
lunes, 17 de marzo de 2008
Publicado por Jon Doe en 9:50
Etiquetas: Cuentos de mi mundo
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