Treinta

sábado, 28 de junio de 2008

Acostumbro a celebrar los cumpleaños propios
con libreta a cuadros y lapicero de color rojo
reviso los cajones y los almarios
enumero
anoto
borro y escribo

realizo el índice de cosas y cosos

cada año en esa fecha visito el parque
el barrio
viajo mis viajes
vuelvo a las casas que no tuve
y a las personas que no fui

visito los juguetes
los juegos malos y buenos

pienso la masa corporal de los recuerdos

lo vivido

mido con la vara de medir desastres

Comienzo éste con descostumbres. Desalambrándome.

Abro la ventana.

Lleno la casa de aire.

Lleno la casa de viento.

Aún así me duelen los dolores de mis otros.

Y los míos, que son de índole pequeña. Diminuta.

Tiro a la papelera la bola del papel de los balances
los debe y haber
los inventarios
los parques
los cajones
el barrio.

Porque no sirven.

Y es que últimamente muchas cosas.
Y es que últimamente todo.

Ocurres.

Últimamente me doy lecciones.

Últimamente el mundo pero su ruido.

Últimamante tú. El aire. El viento.

Últimamente el mundo pero nosotros.

Vuelo a ras de mujer

domingo, 22 de junio de 2008

Vuelo es esperarte en la puerta contando baldosas y microsegundos.
Ponerme guapo el ánimo.

Vuelo es tenerte y no. Quererte y sí.
Vuelo es cuidarte las alas por propio egoísmo.

Estrecharte las manos malas y las buenas.
Los espejos perversos.
Las ventanas de estar lejos.
Los cristales rotos de la memoria. Los diamantes brutos y no. La alegria.

Es buscarte la palabra que me palabre, la expresión que me exprese.
Desnudarme del ruido de callar.

Pelearme. Muchas veces. Lo importante es volar, no participar.

Es no mirarme para otro lado.
Y darme. Limosnita, pequeño tesoro de niño viejo: canicas y cromos.

Vuelo es cuidarnos el mundo. Al tiempo, por turnos. Abrazados en remoto o con los brazos por dentro y fuera.

¿En tu mundo o en el mío?

Instalarme en la esperanza de modo rotundo. Escribir felicidad y no escribir falsaria.
Escribir felicidad, suscribirla.

Escribir amor y no sentirme ingenuo. Escribir como nunca y no sentirme poco vivido.
Escribir alma tuya y mía y erizar los pelos del querer.

Vuelo es cuando dices muchas cosas a la pregunta qué piensas y leerte
los dibujos del libro, glosario de sentires.
El silencio sin molestia, como una película de cine mudo que lo dice todo.

Manejar un ejército de hormigas por tus caderas. Por tu espalda.

Pender del hilo de la punta de tus dedos funámbulos con los ojos cerrados.

Inventar idiomas. Inventar curas.

Inventar alas.

Y volar. Y batir cada centímetro de cuerpo, alado o no.

Amor.

(que se joda la ingenuidad, que se joda el miedo)

Escuela

miércoles, 18 de junio de 2008

Te miro el silencio,
te oigo pensamientos ola
sentimientos tierra invierno
el sonido de tu pelo por la almohada.

Me sucede el miedo.

Me faltan manos para desnudarte el alma.
Me faltan manos para apagar tormentas.
Me faltan manos para quererte.

Uso el miedo a modo de caballo a tu ventana.

Crío una bonita esperanza humilde. Juego con ella por tu cuerpo. Va a tu escuela.

Aprende tu lluvia.

Hombre pájaro

viernes, 13 de junio de 2008



Soy hombre pájaro
de alas cortas
y pies planos.

No vuelo si no es en caos en tu cuerpo.

Arrojo mi paisaje.

No veo más allá del cielo.

Miope.

Hormonal.

Hombre pájaro con miedo a volar.

Domestícame.

Ábreme.

Esquizofrenia de todo.
Soy de papel.

Cuando yo era un niño
el invierno no tenía los huesos tan duros
ni las patas tan largas.
Hace muchos años
yo era un invierno en pequeñito.
Tenía el cuerpo metido en el miedo
y las balas mojadas.

Quería ser inventor y piloto.
Matar dragones.
Y era un invierno con patas cortas.
Y un miedo de vuelo largo,
un miedo como de cuatro jornadas.
Un miedo de todo.

Desamparo de cada hoja.

Era un invierno pequeño,
rabioso.

Yo siempre estaba donde el miedo me decía
y no hablaba
sencillamente
porque el miedo no tiene boca.

Y no tocaba
porque las manos del invierno
tienen la mirada esquiva.

Nunca hacía nada.
Era el niño raro.

Mi casa tenía las paredes blandas.

Yo jugaba al frío
como quien juega a las chapas.

De todo aquello me quedan
las flores violentas
y unas plantas blandas.
Unas matas de raíz torcida.

Y mientras tanto la savia dormida.

Los sueños raros.

Blandos.

Las flores violentas.

Las ganas de verte.

Los ojos de verte.

El frío del miedo.

Y las casas que se van pero no llegan.

Y las flores de ti.

La rosa que tiembla.

Domestícame.

Ábreme.

Que yo soy hombre pájaro
de alas cortas
y pies planos.

Hace muchos años yo fui un pequeño invierno.



Imagen: Aurelio Higuera López.
Poema del libro: Manuales para manos sencillas.

Chiquitita

domingo, 8 de junio de 2008



Del amor viene y al amor va.
De amor son sus manos.

Siempre que puede se llena de amor.

No se vacía nunca.

Chiquitita ligera,
peso pluma,
pesito,
tanto amor pesa.

Eso dice la báscula,
sólo eso.

Porque el amor nunca es desnatado
o desgrasado.

No hay amor light.
No hay semiamor.
Porque no hay semibesos
ni hay caricias bajas en calorías.

No existe una dieta específica para el corazón,
el corazón no adelgaza.

Chiquitita,
¿pero cuándo te vas a mirar
con mis ojos de verte?

Porque mis manos de rozarte
no adelgazan
ni adelgazan mis ganas.

El corazón no adelgaza.

Chiquitita tiene el corazón largo,
no le cabe.
Se le escapa.
Domestica rosas.
Es un principito.
Es tantas cosas.

Es todavía una seminiña
asustada,
mojada,
delante de una cama semivacía,
contemplando con los ojos como platos
una soledad
entera.
En plena noche,
en la noche entera.

Su casa tenía las puertas abiertas
y el alma rota.

La niña salió guerrera.

¿Cómo iba a salir
si nació en la guerra?

Y aún así del amor viene
y al amor va,
de amor son sus manos,
su carne misma.

De amor son sus ojos
y sus piernas,
de amor están hechas sus caderas,
su semitripa y su cintura.
De amor es su pelo.

De amor son los kilos que le faltan.

Ay, chiquitita,
empiezas a entender
que el corazón no adelgaza.

Así,
cada día estás más guapa.

Ay, chiquitita,
¿pero cuándo te vas a mirar
con mis ojos de verte?


Imagen: Aurelio Higuera López.
Poema del libro: Manuales para manos sencillas.

Presentación oficial de Manuales para manos sencillas

lunes, 2 de junio de 2008





Se ha escrito un crimen.

Se llama "Manuales para manos sencillas" y será presentado oficialmente el día 7 de junio a las 20:00 en el Melounge Bar, sito en la calle San Pedro 22, Madrid, por el autor, un humilde servidor, Javier Suero Santos.

El evento consistirá en la lectura de tres poemas acompañada por video-proyecciones del cómplice Aurelio Higuera López, ágape, música y algún que otro desvarío.

Sin más dilación ni palabrería, quedas invitado al sarao.

(sirva este cambio de fecha al post como recordatorio)